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jueves, 24 de febrero de 2011

Introducción

Hoy intentaremos aclarar las diferencias entre el Lenguaje Femenino y el Masculino.
¿Son lenguajes diferentes? ¿O acaso es el mismo lenguaje pero utilizado de manera distinta? Estas diferencias ¿son congénitas? Es decir, ¿vienen establecidas ya biológicamente? En definitiva, ¿qué diferencias encontramos si los comparamos el uno con el otro?
Han sido muchas las definiciones de lenguaje que se han dado a lo largo de la historia, calificándolo de método humano no instintivo que se comunica a través de símbolos (según Sapir), que dichos símbolos son vocales arbitrarios y sirven para que los miembros de una sociedad interactúen, o que es la capacidad de producir un conjunto infinito de oraciones a partir de un número finito de elementos, es decir, que es innato (según Chomsky). A grandes rasgos, podemos entender el lenguaje como un sistema de comunicación y capacidad biológica.
A pesar de lo que pueda pensarse, la única diferencia biológica entre hombres y mujeres reside en que la voz del hombre es más grave y la de la mujer más aguda. A parte de esto, los órganos que intervienen en la pronunciación (cuerdas vocales, laringe, lengua…) son exactamente los mismos para mujeres y hombres. Por lo que las diferencias entre un lenguaje y otro no son biológicas.
Por tanto, la diferencia entre ambos debe estar en el sistema de comunicación.
Según unas características determinadas, las personas podemos decir lo mismo de distintas formas en una misma lengua.  A estas características se las conoce como Variantes Lingüísticas. Tipos de variantes lingüísticas:
·         Variante Geográfica (también conocida como diatópica): por motivos históricos, las diferencias entre un hablante y otro residen en el lugar del que proceda el hablante. Ejemplo: un andaluz y un madrileño tienen diferente acento aunque hablen español ambos. A esto se conoce por dialecto.
·         Variante Situacional (también conocida como diafásica): se basa en la diferencia entre oralidad y escritura. Es decir, no escribimos exactamente igual que hablamos, ya que en la escritura solemos utilizar fórmulas y reglas diferentes que en el lenguaje oral.
·         Variante Social (también conocida como diastrática): dentro de una misma región, se utiliza una forma de hablar u otra dependiendo del grupo social al que se pertenezca. Aquí hablamos de “jerga” que suele tener connotaciones negativas. Dentro de esta variante podemos hacer la distinción de la edad (no hablan igual los jóvenes que los adultos, lo que se conoce como grupos de edad) y por último, la que nos interesa a nosotros: el habla masculina y el habla femenina.
Resumiendo, que las diferencias entre el lenguaje femenino y el masculino son exclusivamente sociales. Dependen de la educación que desde pequeños recibimos, lo que condiciona tanto nuestra manera de hablar como de actuar, y esto es algo en lo que profundizaremos más adelante, pero de momento hemos establecido unos límites para saber dónde exactamente nos encontramos.
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1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo. No es nuestro cuerpo el que hace que usemos unas expresiones u otras...

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